La herida del rechazo es una de las heridas de la infancia y se produce justo en el momento en que la madre queda embarazada. Durante los 9 meses de embarazo y en el primer año del niño, este puede experimentar el sentimiento de rechazo de la madre hacia él. Aunque el rechazo también puede originarse desde el padre, incluso puede venir desde los abuelos.
¿Cómo ocurre la herida del rechazo?
Son muchos los factores que pueden generar la herida del rechazo, sin embargo, los más comunes son: cuando alguno de los padres, o ambos, no se sienten preparados para tener al bebé. Cuando apenas se piensa en la posibilidad de abortar, se está depositando la herida de rechazo en ese nuevo ser. Por distintas razones ser madre pudo haber sido difícil para las mujeres de un clan familiar y cuando quedan embarazadas la primera sensación es de rechazo porque no saben si podrán ser buenas madres, lo mismo ocurre al padre cuando el padre viene de linajes con padres ausentes, padres que no se hicieron cargo de sus hijos, la herida del rechazo viene dada en estos casos por patrones familiares.
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¿Cómo distinguir a alguien que tiene la herida de rechazo?
Estas personas tienden a huir de todos los lazos íntimos, cada vez que una relación se vuelve más profunda, más íntima, huyen por el temor a ser rechazados y es que antes de ser rechazados prefieren rechazar ellos al otro. Este tipo de personas le cuesta, por lo general, tener amigos o relaciones cercanas de cualquier tipo. Algo curioso es que estas personas suelen ser muy delgadas ya que “deben tener la contextura adecuada” para salir huyendo cuando sea necesario.
Son personas que les cuesta tener relaciones más intimas llegando a rechazar la sexualidad, pueden rechazar incluso el dinero, ya que no están donde tienen que estar. Otra característica particular de estas personas es que son muy buenos trabajadores, tienen tanto miedo de ser rechazados que son perfeccionistas, siendo muy eficientes y responsables en términos laborales, también en el colegio y la universidad, no por figurar sino por evitar el temido rechazo buscando en todas las facetas de su vida la aprobación de los demás.
Esta herida es producida por el mismo progenitor, en el caso de la mujer viene de la madre y en el caso del hombre viene del padre. Esto es muy importante entenderlo ya que en la dinámica de las constelaciones familiares es el progenitor del mismo sexo quien nos enseña a amar y a darnos amor y el progenitor del sexo opuesto es el que nos enseña a recibir amor.
¿Cómo trabajar la herida del rechazo?
Es muy importante que empieces a validarte, que tú mismo te reconozcas y te permitas no huir de la intimidad, arriésgate a tener una relación donde haya muchísima intimidad, sobre todo las relaciones de pareja, aprende a entregarte, esta probablemente debe ser una tarea muy difícil si ya has identificado la herida del rechazo en ti. Atrévete a ser vulnerable, a abrir tu corazón, a expresar al otro el miedo al rechazo que sientes. Esta herida se sanará cuando seas capaz de reconocerte a ti mismo, de aceptarte a ti mismo, cuando dejas de rechazarte, aceptas tus imperfecciones, validándote tal cual eres, reconociendo tus miedos y soltándolos.
Repítete a ti mismo:
- Me acepto tal como soy.
- Me apruebo.
- Me valido.
- Me reconozco.
- Me doy mi lugar.
- Me permito ser vulnerable.
- Me permito intimar y amar a alguien.
- Me permito decir que tengo miedo a que me rechacen.
- Me permito quedarme en lugar de salir huyendo.
Este es el mayor regalo que te puedes hacer cuando sufres la herida del rechazo. Si no te atreves a lanzarte no vives y si no vives no hay experiencias. La vida es para vivirla y sentirla. Conéctate, entrégate y ama profundamente.
¿Sientes miedo de ser rechazado? ¿Estás siempre buscando la validación de los demás? ¿Crees que tienes la herida del rechazo? ¡Escríbeme!
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